Un mes en China (Parte III)

Parte III: Beijing

Reflejos en la ciudad prohibida

En la gran capital concluyó mi primer viaje a China. Desde aquí salía mi vuelo de vuelta a Chicago pero antes de eso tenía 6 días por delante para disfrutar la «capital del Norte», lo que literalmente significa Beijing (北京). Como curiosidad me gustaría contaros que Tokio recibe el nombre de la capital del Este (东京, Dongjing), y Xi’an (西安), de la que ya os hablé hace un tiempo, es el nombre que recibe la ciudad a la que le correspondería Xijing (西京) que como podéis intuir es la capital del Oeste. La capital del Sur es menos conocida pero también existe, Nanjing (南京). Estos nombres han ido variando a lo largo de la historia, ya que las capitales cambiaban según la dinastía gobernante, y no es complicado confundirse. Después de este inciso os contaré cómo fue mi experiencia:

El camarote del tren

Fui a Beijing en tren dormitorio desde Xi’an, siendo esta la primera vez en mi vida que dormía algo más que una siesta en un vagón. Compartí «camarote» con una pareja mayor y una estudiante de unas de las múltiples universidades de Beijing, no hablaban inglés pero entre las pocas palabras básicas que conocía y la inestimable ayuda del iPad nos pudimos comunicar. Les conté que era mi primer viaje por China y que era un estudiante de España aunque venía desde América, ellos por su parte me dijeron que la chica estudiaba en Beijing pero había aprovechado las vacaciones para ir a ver su familia en Xi’an, después de no encontrar más temas de los que hablar la chica se puso a hacer punto de cruz y el señor mayor decidió fijar la mirada en la ventana, así hasta que cayó la noche, yo me fui a dormir y él siguió en su posición vigilante, no sé si llegó a descansar. El viaje fue mucho más cómodo de lo que esperaba pero en todo el trayecto no reuní el coraje suficiente para ir al cuarto de baño común. Los baños chinos son un ecosistema en sí del que no me gusta formar parte.

Mi habitación de hotel

Luces del hotel

A las 8 de la mañana llegamos a Beijing y me dirigí al hotel para dejar el equipaje. El hotel tenía mucho encanto, acababa de ser renovado, con muchas decoraciones made in China y se encontraba en los hutongs cercanos al Templo Lama. Me dediqué a hacer turismo y miles de fotos sin descanso durante la siguiente semana aunque no fue hasta el último día que fui a visitar la Ciudad Prohibida, que anunciaban como la joya de la corona de Beijing, lo que concentra a una inmensa marabunta de turistas, la mayoría chinos, entre la que es difícil moverse. En Beijing si no estás despierto sobrevivir a los timadores puede llegar a ser todo un reto, y al final se hace un poco desagradable lidiar con ellos, sobretodo al andar por el centro de la ciudad donde se concentran los turistas. Si algo debes saber al ir a Beijing es que el ciudadano medio no es por lo general una persona que se acerque a los extranjeros, al contrario, será tímido y no sabrá defenderse en inglés. Si alguien se acerca de forma amigable tendrás que desconfiar hasta que se demuestre que no busca tu dinero, que es lo más común. De hecho conocí una excepción, un chico de unos 16 años que quería practicar inglés (muchos timadores usan esa excusa), pero el resto de personas que se acercaron a hablar conmigo intentaban liármela y alguno lo consiguió, aunque esa historia os la cuento otro día.

La ciudad prohibida

A parte de esto Beijing es una ciudad muy interesante donde tuve la suerte de estar en uno de los Hutongs mejor conservados, son barrios que preservan la distribución de callejuelas antiguas y edificios pequeños, cada vez más difíciles de encontrar en favor de las nuevas zonas con inmensas avenidas y edificios; son los últimos restos de la antigua ciudad. Después de varios días probando el pato de Beijing, la especialidad regional, y de visitar todos los monumentos posibles decidí acercarme a la muralla China. A la hora de decidir a qué parte de la muralla quieres ir tienes que tener en cuenta el factor aglomeración. Cuanto más lejos vayas menos gente habrá, aunque también será más difícil encontrar un medio de transporte que te lleve. Después de mucho leer en internet decidí ir a JinShanLing y la verdad es que lo recomiendo, fue una experiencia muy buena con grandes vistas y partes en las que casi había que escalar, no toda la muralla está en buen estado, aunque nada comparado a Hua Shan.

¡El Loto Azul de Tintín!

Para llegar a JinShanLing tuve que ir un par de veces a la estación de autobuses; la primera me sirvió para saber dónde estaban las dársenas desde donde salen los buses a la gran muralla. Me costó lo suyo encontrarlos ya que estaban fuera de la estación, en un lugar bastante escorado y apartado. Además cuando fui a preguntar a un par de guardias en la entrada estos no hablaban inglés y mostraban cara de confusión cuando les señalaba el cartel que tenían en frente que anunciaba tours a JinShanLing. Aprovechando esto una mujer me cogió por banda afirmando que ella me iba a indicar, por el camino me intentaba convencer de que la única opción era ir con ella en su taxi, lo cierto es que esa era una de las rutas pero no la que yo quería ya que no era directa y tenía que encontrar un taxi para ir y volver desde donde te deja el autobús hasta la muralla. Ella me afirmó que la ruta que yo buscaba salía a las 7 de la mañana y que si quería ir a la muralla tenía que ser con ella (eran las 7.30 por entonces). Lo mejor es siempre ir informado de antemano en internet, sabía que me estaba mintiendo ya que había una línea directa que salía a eso de las 8. Le agradecí la caminata y me fui a buscar el autobús antes de perderlo, ya eran casi las 8. Al final tuve que ir el día siguiente pero ya lo tenía todo localizado. Ese domingo tuve la suerte de conocer a un grupo de extranjeros con los que disfrutar la Gran Muralla: una chica británica que estaba pasando una temporada con otra amiga suya de Beijing, una chica italiana que estaba estudiando Chino en Shanghai, otro británico que trabajaba como IT en Hong Kong y otra chica china que estudiaba en los Estados Unidos.

Gran Muralla

En la Gran Muralla

En la Gran Muralla

Estuvimos juntos todo el viaje y nos lo pasamos bastante bien disfrutando de las vistas. En el trayecto de la muralla nos acompañaron unas mujeres de Mongolia. Hay muchos inmigrantes por la cercanía territorial que buscan un mejor panorama en su vecina del Sur. Estas mujeres persiguen a los turistas, si buscas algo de intimidad para disfrutar las vistas tendrás que ser algo desagradable para deshacerte de ellas, pero lo cierto es que al final te apiadas un poco de ellas. Su día a día es llevar carga arriba y abajo, tomar unas cuantas fotos (en las que casi siempre te cortan las piernas) e intentar venderte sus souvenires. Para ser justos fueron en todo momento bastante amables. Por ejemplo una de las chicas compró un helado y se le cayó al momento de comprarlo, en ese momento una de las mujeres pidió a la vendedora (del mismo grupo de Mongoles) que le diese uno nuevo gratis. Así es que al final acabé comprándoles unos palillos chinos, a precio de oro. Al volver a Beijing me despedí de la ciudad pasando la última noche con estos chicos, tomando tapas en un restaurante ‘español’ que estaba cerca de mi hotel y yendo a cenar al lugar donde se originó el famoso pato pekinés (absténganse bolsillos pequeños, el británico, muy amablemente, invitó a todo ya que parece ser que pagaba la empresa). Para acabar el viaje nada mejor que ver cómo España ganaba la Eurocopa a Italia. Me tuve que contener para no cantar los goles ya que eran las 5 de la mañana en China, pero qué placer da viajar con pasaporte Español el día siguiente a una victoria en la Eurocopa. Espero que la próxima vez que vaya (pronto, muy pronto) todo salga igual de bien.

Flor de loto

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Un mes en China (Parte II)

Parte II: Hua Shan

Subiendo 10000 escaleras

Como os iba contando en la primera entrada estuve cerca de una semana en la provincia de Shaanxi. Agradeceré siempre a J y su familia la forma en la que me hospedaron, fueron muy atentos conmigo en todo momento, y en especial su idea de llevarme a una de las 5 montañas sagradas de China. Su nombre, Hua Shan, su eslogan: la atracción turística más peligrosa del mundo; si bien he de matizar que esto era realidad hace unos años más que ahora ya que con las Olimpiadas el gobierno chino se puso manos a la obra para mejorar las atracciones turísticas a lo largo y ancho del país, en concreto en Hua Shan se renovaron escalones y cadenas, se clausuraron rutas en mal estado y además, según me contó J, si quieres arriesgar la vida en las peores rutas de esta montaña parece ser que tienes que pagar un extra (además de la entrada) por alta peligrosidad. Estas zonas consisten en rutas hechas de tablones que llevarán ahí a saber cuanto al filo de un acantilado, de varios metros de huecos cavados en la roca para poner los pies en un tramo sin rastro de los ahora tan deseados tablones mugrientos en los que poder posarte si resbalas… de escaleras verticales o incluso con zonas de pendiente negativa en las que una cadena es la única ayuda para escalarlas, pero eso sí, todo ello con vistas impresionantes si tienes suerte de que la contaminación te esté dando un respiro, nunca mejor dicho.

En la base de Hua Shan

Hua Shan es el escenario de historias para niños en toda China, en las que se cuenta que guerreros legendarios se citaban a luchar y probar su destreza en las artes marciales en lo más alto de la sagrada montaña. Cuando leí lo que me esperaba mi parte lógica me decía quédate quieto donde estás, pero la parte aventurera tenía unas ganas inmensas de conocer este recinto. Al final la segunda ganó, nunca se sabe cuándo vas a tener de nuevo la oportunidad de visitar un lugar así. Las primeras 4 horas se basan en una ruta suave, escalones, con vendedores de agua y alimentos cada medio kilómetro, muy turístico llegaría a afirmar. Y es que en China siempre hay gente en todos los lados, esta montaña no iba a ser la excepción, con turistas de todo el país viniendo a visitar este paraje se concentran también vendedores que se ganan su sueldo a base de subir mercancía durante horas a espaldas por las escaleras más empinadas que he visto y probablemente veré en mi vida. Se ganaron todo mi respeto. Especialmente este señor del siguiente vídeo, que se hace un tramo sin manos y se pone a hacer equilibrios mientras toca la flauta. Sin palabras.

A menos de una hora de llegar al pico Norte ya empiezas a ver más escaleras de las que te gustaría, llegando a perderse de vista en las tortuosas curvas de la montaña. J y yo decidimos hacer el viaje de noche, mucha gente prefiere esto debido a que evitas el intenso calor del verano. Comenzamos la andadura hacia eso de las 4 de la tarde para estar antes de medianoche en el pico Este, desde el que se dice que se tienen las mejores vistas para ver el amanecer. Esto hizo que el efecto de las escaleras en la oscuridad fuera aún más aterrador, especialmente unas que recordaré toda mi vida:

Escaleras endemoniadamente largas

Al llegar a ellas no podía ver el final, coincidió que otros 5 chicos llegaron y las expresiones de nuestras caras era similar, sorpresa absoluta al ver ese monstruo delante nuestro, después de dudar por unos segundos si volver hacia atrás o seguir adelante un chico emprendió el camino de subida y el resto le seguimos. La pendiente era fácilmente de más de 70 grados. La única manera de subir era pegar tu cuerpo a ellas y avanzar poco a poco a cuatro patas, sin mirar abajo. Las mochilas cargadas con agua, comida y abrigo te podían hacer perder el equilibrio en cualquier instante. El momento cumbre llegó cuando en mitad de las escaleras, desde donde ya no podías ver el inicio en la oscuridad de la noche, varias personas emprendían su camino de vuelta. En esa escalera no cabían 2 personas y sus mochilas, con lo que había que agarrarse a las cadenas y curvar tu cuerpo hacia fuera para que el otro tuviera espacio al bajar, ahí fue cuando se me ocurrió mirar hacia abajo y mucho mejor si no lo hubiera hecho, no sólo por el vertigo sino por que luego miré hacía arriba y pude comprobar que seguía sin ver el fin. Me encontraba en mitad de la nada. Respiré hondo y seguimos el camino, al final el truco es ir paso a paso, mirar bien donde pones manos y pies, y no parar hasta llegar a tu destino. Cuando llegamos arriba perdí el equilibrio, supongo que por los nervios, pero ya estaba en tierra firme donde había un puesto de agua y comida, no sé cómo leches decidieron poner un puesto ahí pero olé sus huevos mandarines. Miré hacia abajo y como antes pasaba sólo podía ver oscuridad. Miré hacia arriba y había otro tramo de escaleras con el mismo perfil que el anterior, aunque más cortas ya que se podía ver el final con las lámparas que había cerca. Unos 20 minutos después llegamos al pico Norte, al que se puede llegar en funicular y te ahorras las 4-5 horas de caminata, y esas malditas escaleras.

Teleférico en Hua Shan

Después de esto no creía que me iba a encontrar con nada peor, y lo cierto es que así fue. Había partes con escaleras verticales, 90 grados o incluso más, pero mucho más cortas, de 4 ó 5 metros de altura como mucho.

Escaleras de las ¨facilitas¨

Andamos sin descanso pasando los hostales y sus tentadoras ofertas para dormir sin pasar el frío que nos esperaba. Pero todavía me quedaba un último susto cuando vi a lo lejos un hilo de luz vertical de una altura más que considerable, por la perspectiva podría decir que era al menos el doble que el tramo de escaleras que anteriormente he descrito, y se veía totalmente vertical. Si con unos 70 grados por poco no lo cuento, ese muro iba a ser el que me iba a mandar a casa. J no daba muchos ánimos ya que él recordaba haber hecho un muro totalmente vertical más adelante la primera vez que fue, pero al final resultó que su memoria era para una de las escaleras finales del camino, difícil tramo pero no tan larga como esta se presentaba. Al seguir caminando hacia ella el ángulo de visión cambió y pude observar con cierto respiro que todo era una ilusión óptica y eran escaleras normales, muy largas, pero con una pendiente factible. Por ser de noche no pude saber que me encontraba pasadas las llamadas Escaleras hacia el Cielo (Starway to heaven para los amantes de Led Zeppelin), y esas escaleras que me asustaron en un principio eran el Black Dragon Ridge, uno de los tramos más famosos en el que no hay nada rodeándote si miras a la derecha o a la izquierda, parecen casi construidas en las nubes (os aconsejo buscar fotos). Al ser de noche sólo podía ver oscuridad a los dos lados desde donde llegaba un frío viento que nos acompañó hacía el pico Este. Al llegar allí a eso de las 11 de la noche nos detuvimos a descansar un poco, el amanecer no era hasta las 5 de la mañana. Era curioso que se alquilaban una especie de uniformes rusos verdes para pasar la noche en calor, el frío era intenso a esa altitud, que resultaron ser abrigos muy de moda unas décadas atrás: la razón es que Rusia fue el modelo de China por muchos años y de hecho gran parte de las carreteras e infraestructuras de China fueron construidas con ayuda rusa.

Uniformes verdes

Al principio no había mucha gente en el pico, pero desde medianoche hasta las 5 llegó gente sin parar, un goteo continuo de chinos que saturó cualquier espacio libre que había. La estancia se convirtió en una lucha por conseguir el mejor sitio para ver el amanecer, que irónicamente fue nublado. Según uno de los vendedores de abrigos, debido a la contaminación y la climatología china sólo se puede ver el amanecer 3 días de cada mes. Un 10% de probabilidades de verlo. No hubo suerte, aún así me encantó estar ahí contemplando la luz llenar el cielo. Fue la misma noche que España ganó a Francia en la Eurocopa. Viva el 3G, gracias a él pude seguirlo en vivo y directo.

Amanecer en Hua Shan

Por la mañana pudimos ver parte de las rutas más peligrosas ya que muchas de ellas están cerca del pico Este. Una de ellas era especialmente llamativa, consistía en un acceso a un templo donde los antiguos monjes Taoístas jugaban al ajedrez en mitad de las nubes, estos sí que saben. Al bajar decidimos coger el funicular en el pico Norte para evitar esas 4-5 horas de escaleras y poder dormir un poco. Llegamos a las 12 de la mañana a Xi’an, estábamos muertos pero con una experiencia inolvidable recién vivida.

Templo del ajedrez

Hasta aquí Hua Shan, si os habéis quedado con más ganas buscad en google, hay muchas fotos y relatos de la montaña, por ejemplo aquí la historia de la montaña o aquí unas cuantas fotos más. Por mi parte ya he escrito bastante, lo cierto es que si me he extendido tanto es por que esta fue mi mejor experiencia en China y la que más recuerdos me ha dejado. El resto del viaje lo viví solo, pasé 6 días en Beijing, pero de eso os hablaré en la próxima y última entrada sobre mi viaje a China. ¡Hasta entonces!

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Un mes en China (Parte I)

Muchos de vosotros sabéis que he pasado una temporada en China pero debido a un imprevisto técnico (mi portátil ha pasado a mejor vida) me he retrasado un poco en contaros cómo fue la experiencia. No es fácil escribir un mes entero en un post con menos de 1000 palabras, así que lo voy a dividir en 3 partes para adjuntar las correspondientes fotos.

Llena de algas y tiburones

Parte 1: Chinos, Hong Kong y Daya bay

Organicé mi viaje de tal forma que pudiera disfrutar de vacaciones en Europa, un par de semanas trabajando en Daya Bay, y otro par de semanas viajando por el gran gigante rojo. Pasé mi cumpleaños con mi familia y amigos en Madrid, como ya es costumbre, pero antes descansé una semanita por la costa amalfitana, un viaje más que aconsejable lleno de pueblos con encanto y también de carreteras con suicidas al volante. Retrospectivamente he de decir que fue un acierto disfrutar de estos días en Italia, pues en un mes en China se echan muchas cosas de menos, y entre ellas la comida occidental toma una posición destacada.

Tarta de limón

China es uno de esos lugares que has de ver si tienes la oportunidad, en principio para entender una cultura diferente pero a la vez para entenderte a ti mismo. Es un lugar que invita a la autoreflexión, para comprobar empíricamente que lo que es costumbre viene dado por la sociedad en la que vives, que lo que tu consideras normal depende del sistema de referencia y lo que consideras grosero puede ser lo más natural con un cambio de coordenadas.

A veces cuesta entenderlos incluso si ‘te pones en sus zapatos’, pero creo que ni ellos se entienden a si mismos. Tampoco es que yo lo haga conmigo mismo.

Sus zapatos

Entre las actitudes más chocantes podría destacar su afición a limpiar la acera con constantes escupitajos, la poca higiene de la comida callejera, la afición a violar las leyes al subir al autobús (las de formar colas y también las de la física al intentar ocupar un solo lugar en el mismo estado cuántico como si fuesen un condensado de Bose-Einstein), disculpad la mala comparación técnica pero así aprovecho a enlazaros algo de física :), en otras palabras se conglomeran e intentar pasar primero aunque no haya forma humana para hacerlo. Pero no todo son cosas negativas (desde los ojos de un occidental), al contrario, lo que China ofrece es un mundo diferente en el que apreciar nuevos sabores, colores y realidades. Me encantaba ver cómo las personas se reunían por las noches para bailar, en una coreografía casi perfecta, o para cantar en uno de los cientos de Karaokes espontáneos que se formaban en la calle, también era un placer disfrutar la calma en los templos budistas, caminar a lo largo y ancho de montañas únicas y de monumentos milenarios, sensaciones opuestas al frenesí de sus ciudades contemporáneas.



Mi primera parada fue una de ellas, Hong Kong, un punto intermedio entre China y Occidente, una ciudad llena de contrastes donde su anatomía es un ejemplo más de ello: una masa de rascacielos rodeados de una densa jungla tropical. Hong Kong es un microsistema único, en el que al andar por las pequeñas calles no eres consciente de la gran ciudad que te rodea. Estuve dos días allí donde conocí a un chico sueco con el que compartí aventuras en uno de los ‘hoteles’ más curiosos que puedes encontrar. Los llamados ‘Mansions’ son una mezcla de hostales de poca monta amontonados en una pesadilla arquitectónica, recibido a las puertas por vendedores que te ofrecerían su alma condimentada con curry: una vez entras en este laberinto sólo el hilo de Ariadna te puede sacar de él. Lo cierto es que en Hong Kong es difícil encontrar un hotel a precios razonables para un estudiante, la única opción barata es acudir a esta torre de Babel en la que todo desentona, no hay ningún orden ni concierto, miles de personas se mueven arriba y abajo confinadas en un hormiguero humano que no ha visto la luz natural atravesar sus muros. Sin duda repetiría la experiencia.

Hong Kong

Mi segunda estación fue una nuclear: Daya Bay, ya os he hablado bastante de ella: es una de las mayores fuentes de energía del planeta en proceso de ampliación, nuevos núcleos se instalarán pronto para promocionarla más si cabe en la lista de las top. A unas pocas millas se encuentra la fortaleza de Dapeng, monumento con cierta relevancia para los chinos, y la pequeña ciudad de Dapeng, en la que gente se va a acostumbrando a ver científicos extranjeros caminar por sus calles. En este paraje tan curioso se encuentra mi experimento y mi nueva ‘oficina’, un centro de control en el que vigilar que ocho detectores de antineutrinos funcionen dentro de los límites esperados. Pasé dos semanas en esta pequeña ciudad, donde hay tiendas, supermercados, gimnasio, piscina (abierta y cerrada), playa con tiburones y paseos con palmeras tropicales. Todo ello atravesado por miles de millones de neutrinos al segundo.

My 'office'

Al acabar mis obligaciones en Daya Bay puse rumbo a Shenzhen, donde se fabrican los iPxds entre muchos otros cacharros bajo condiciones laborales, digamos, algo forzadas. Aquí cogí un avión para visitar a mi buen amigo J, sí J, así le gustan que le llamen, ya que nadie en occidente es capaz de pronunciar su nombre correctamente. La ciudad fue Xi’an, una de las antiguas capitales del territorio chino, y a mi parecer una verdadera joya que visitar. La muralla es de los monumentos mejor conservados y entre otras cosas Xi’an es conocida por los famosos guerreros de terracota que se hallan en una instalación a unos pocos kilómetros de la ciudad. En Xi’an descubrí que la población musulmana en China es inmensa, especialmente en el Oeste (tiene lógica al estar en contacto directo con otras naciones musulmanas), y lo cierto es que tengo que admitir que el dato me chocó bastante. Estuve viviendo en el barrio musulmán, con sus mezquitas llamando a la oración, sus chinas con el correspondiente burka y su ausencia de cerdo en los mercados, que por el contrario estaban llenos de piezas de vacuno, como unos jugosos pulmones y riñones crudos al aire libre, esperando a ser comprados mientras que las moscas descansaban sobre ellos bajo el intenso calor de Oriente. Si esto no te quita el apetito nada lo hará.

Mezquita china

Si váis a Xi’an os aconsejo la ruta en bici por la muralla, id cargados de botellas de agua si lo hacéis en verano, y disfrutad de lo barato que es el transporte público para moveros a lo largo y ancho de la ciudad por unos pocos céntimos. Hay muchas cosas que ver y poco tiempo para ello, y aunque los guerreros de terracota sea lo más conocido de la ciudad yo diría que es de lo menos interesante (ya vi la exposición en Madrid y es del estilo). La ciudad tiene mucho más que ofrecer, pero la parada que es realmente interesante está a unos 100 km de Xi’an: La montaña sagrada de Hua Shan. Probablemente fue la mejor experiencia que tuve en todo el viaje, pero os hablaré de esto en la siguiente entrada.

Adjunto una selección de fotos un poco aleatoria de las miles que hice:

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Trabajando en China

¡Ni hao a todos!

Os escribo desde la sala de control de Daya bay. Supongo que estaréis pensando que debería estar trabajando en vez de aquí picando tecla, y tenéis razón pero en mi favor diré que el trabajo no es muy exigente, tan solo consiste en comprobar cada hora que todo va bien: Hay 3 pantallas, una por cada conjunto de detectores, en las que tengo que comprobar que los canales funcionan correctamente, como son unos cuantos de miles la información se muestra en histogramas. Así es muy fácil ver de una sola pasada si hay canales calientes con grandes picos (muy activos, lo que puede ser debido a problemas con el hardware) o muertos (ninguna lectura encontrada). Luego hay otras cuatro pantallas en las que puedo observar los canales de alto voltaje, otros cuantos miles, pero estos están monitorizados por software y si alguno de los valores se va de madre un semáforo se pone rojo. A su vez están los sistemas de presurización para el gas que se suministra en los detectores y también el control del agua en el que están sumergidos. Con estos últimos me encargo de comprobar que los valores están dentro de lo esperado.

La central desde la que se opera el experimento.

Si algo va mal toca coger el teléfono y llamar al experto encargado del sistema con problemas. A veces se requiere que vayamos al subsuelo a arreglar algún estropicio. La primera vez que fui me quedé sin palabras. Se puede ir en bici o en una especie de coche de golf, andar es desaconsejable ya que son túneles de varios kilómetros de longitud, lo mejor de todo es que el fondo se pierde de vista y te produce una sensación intensa de estar metido en una película de ciencia ficción o de James Bond: perdido en mitad de una montaña con una perforación gigantesca en la que todo está rodeado de cables y tuberías. A lo lejos se encuentran salas llenas de maquinaria y ordenadores a servicio de los detectores. Intentaré tomar unas fotos y subirlas cuando pueda, merece la pena.

Al principio del experimento siempre había dos personas en la sala de control por cada turno de 8 horas, pero a estas alturas ya sólo hay dos personas en el turno de noche, con lo que yo me encuentro «volando solo».

Creo que nunca me he parado a explicaros cómo se detectan los antineutrinos en nuestro experimento, voy a aprovechar a daros una panorámica:

Los detectores funcionan con PMT (tubos fotomultiplicadores) que vienen a ser cámaras super sensibles, tan sensibles que son capaces de discriminar un fotón en la oscuridad. Cuando un antineutrino cruza el agua que hay dentro del detector (cuyo contenedor tiene forma cilíndrica para evitar cualquier asimetría) se produce una reacción que produce dos flashes de luz, con una separación temporal entre ellos que caracteriza al antineutrino. Si esto se produce se dispara un trigger, se toma una ¨instantánea¨, que guarda los datos registrados en los PMT. Pero también hay otros procesos en la naturaleza que pueden desencadenar flashes en nuestro detector, como son los muones, partículas cósmicas que tienden a penetrar en la tierra. Una de las razones por las que el experimento está bajo una montaña es la protección contra ellos, pero no es suficiente. La solución es sumergir a los detectores en agua ultra pura, de esta forma cuando un muón cruza el agua con velocidades relativistas se produce una radiación muy conocida por los físicos, llamada radiación de Cherenkov, que es la que da ese color azúl al agua en los reactores nucleares. Tenemos instalados muchos PMT en esta piscina y si algún muón decide cruzarse con nuestro detector podemos determinar cuándo y dónde.

Radiación de Cherenkov

Todos los eventos registrados se guardan en una base de datos y se aplican filtros de energía y tiempo para discriminar cuándo hemos encontrado un antineutrino en vez de un muón u otro tipo de interacciones. Mediante el uso inteligente de los datos logramos eliminar también otras fuentes de posible ¨ruido¨, tecnicismo para decir interferencia o dato no deseado.

Como véis el experimento es muy sencillo, quizás el secreto de su éxito sea ese. Os estaba contando que desde la sala de control compruebo que todos los PMT funcionan bien, si hay alguno con problemas es importante detectarlo y cambiarlo a tiempo para no perder datos usables. Las últimas pantallas muestran el sistema que se encarga de producir el agua pura, renovarla, e introducirla en las piscinas. En cuanto al gas, este se usa para otros detectores llamados RPC, Resistive Plate Chamber, son placas rellenas de gas de unos 2 metros cuadrados a las que se aplican miles de voltios para que cuando una partícula cargada la cruce se produzca un arco y la detectemos. Son muy báratos y eficaces. El CERN usa bastante de estos.

Hay 6 detectores instalados de los 8 que estaban planeados. Este verano se instalarán los dos restantes, aunque con uno hay problemillas que supongo no estoy autorizado a contar. Estos 6 detectores están divididos en 3 grupos, 3 de ellos están en 2 bases cercanas a los reactores nucleares para medir el flujo de neutrinos en su producción y los tres restantes están en la base lejana donde se supone que la oscilación de neutrinos es máxima para el ángulo theta13.

Detectores de antineutrinos en Daya Bay

Una vez eliminadas las fuentes de ruido todo lo que queda es contar cuántos neutrinos han atravesado cada detector y hacer un ratio. Aquí entra un poco la estadística pero al fin y al cabo es el número de antineutrinos en defecto lo que determinará cómo de grande es la oscilación de estos.

Espero haber aclarado un poco cómo funciona todo esto, mi intención es explicarlo lo mejor posible, así que si tenés dudas simplemente preguntadme. No he podido añadir fotos al post por que mi ordenador ha hallado una vida mejor. Tendré que esperar a estar de vuelta en Chicago, dentro de un mes.

Zai Jian!

Daya Bay publica su primer resultado

Una vez estás dentro de este tinglado empiezas a darte cuenta de que el mundo de la ciencia es apasionante. Es una carrera donde los fallos se pagan caro y los competidores luchan con todas sus fuerzas, al fin y al cabo la ley de supervivencia se extiende a todos los ámbitos humanos. En los últimos meses he sido testigo de como una colaboración internacional presionaba a todos sus eslabones para evitar cualquier filtración, he podido ver cómo se blindaban los datos para que los análisis se hiciesen sobre valores «cegados», ayudando a mantener el secreto. Se notaba la importancia de dar la primera estocada a sus competidores, y es que el que golpea primero, golpea dos veces. En este caso hablamos de otros experimentos luchando por el honor de publicar el mejor resultado de θ13 (y las recompensas que conlleva).

He tenido la suerte de haber escogido el caballo ganador, en su día me ofrecieron entrar en MINOS y en Daya Bay, y ya sabéis el resultado. Pero había muchos más buscando llegar primero al Dorado: T2K en Japon,  Double Chooz en Francia y RENO en Corea del Sur. Finalmente fue Daya Bay el que se ha adelantado a todos, y eso que no estamos completamente operativos. Este verano (justo cuando rendiré una visita a las instalaciones en China) se montarán los dos últimos detectores de antineutrinos aumentando el ritmo de produción de datos y acotando el valor de θ13 hasta los límites del experimento.

He de decir que me impresiona el alboroto que se está montando por el mundo científico, pero lo cierto es que mucha gente estaba esperando este momento. ¿Por qué? El valor de este ángulo, o mejor dicho del seno al cuadrado del ángulo doble es 0.092 más o menos 0.017 por errores estadísticos y sistemáticos, lo que lo hace sorpresivamente grande. Como ya he comentado alguna vez en el blog, este parámetro es el último que quedaba por descubrir para definir completamente las amplitudes en el proceso de mezcla de la familia de los neutrinos, y ahora abre la puerta a nuevos experimentos para medir los estados másicos de estas partículas, su jerarquía, y más allá, la fase relacionada con la «simetría» Carga-Paridad. Se cree que la violación de esta simetría está íntimamente relacionada con la razón por la que hay más materia que antimatería, y amigos esta es una de las dudas con más importancia en la física actual.

Me da un buen «feeling» estar en esta colaboración, las oportunidades que tengo para aprender se multiplican, y siempre es bueno estar en el ojo del huracán, en la ciencia claro está. La lista de correo está echando humo y espero que siga así por una temporada. Ahora mismo me da un poco de vértigo pensar que en un par de meses tendré la máquina entre mis manos, con la responsabilidad que eso conlleva. Serían buenas noticias no salir en ellas. 🙂

Hasta entonces me tocará seguir con mis cursos, lo cierto es que me tienen ocupado y no os escribo desde hace mucho, pero tengo reservada alguna entrada que otra en el horno. Intentaré seguir dándole. Gracias a los que seguís detrás de la pantalla.

Para los interesados:

http://www.physorg.com/news/2012-03-results-daya-bay-kind-neutrino.html

http://arxiv.org/pdf/1203.1669v1.pdf

http://arxiv.org/pdf/1203.1672v1.pdf

Teacher Assistant

Una de las novedades de este semestre es que por primera vez soy Teacher Assistant, de aquí obtengo mi manuntención y se me va también la mayor parte del tiempo.

En el modelo educativo europeo este término no es muy conocido, pero  en el modelo universitario americano la figura de profesor se ve respaldada por la de un asistente que suele ser un estudiante de graduado. En la mayoría de los casos éste se encarga de corregir deberes, reportes de laboratorio y exámenes. De esta forma el profesor se puede centrar en su tarea didáctica e investigadora, dejando a un lado el proceso de corrección. Aunque lo cierto es que las obligaciones del asistente no se quedan ahí y de vez en cuando puede ocurrir que el profesor no pueda asistir a una clase y el ayudante se encargue de impartirla. También tengo ciertas horas de tutoría que paso en mi oficina donde mis alumnos se acercan a preguntar cómo hacer los deberes. Tal y como pasa en España no son muchos los alumnos que lo hacen, pero para ser sincero yo no recuerdo haber ido a una tutoría más que una vez para saber qué parte del temario entraba en un examen, con lo que no puedo criticarles.

Esto de ser «profesor» tiene su parte divertida, te encuentras cada pieza que es para enmarcar, y a veces incluso te preguntas cómo con 21 años la mitad de ellos no sabe escribir un informe (me entregan hojas sueltas en lápiz), los que usan word no dudan en poner las fórmulas con símbolos (*,^) en vez de usar el editor o insertar imágenes, a algunos les da por medir las resistencias en voltios y las amplitudes en ohmnios, hay quien no sabe usar excel y bueno, hay algunos que se salvan, pero la pregunta es, ¿era yo así? Quizás con 15 años, ¡pero en bachillerato ya tenías que empezar defenderte con esas cosas! ¡Y esto es la Universidad!

Notas a mitad de curso ¿Cómo serán al final?

Notas a mitad de curso ¿Cómo serán al final?

Es un dilema del que todavía estoy intentando salir. No me gustaría convertirme en un espécimen que deja el percentil del aprobado en un 90%, ¿o quizás sí? La tentación está ahí, pero no me gustaría ser algo que he criticado en anterioridad, y para ser sinceros una vez más, la universidad «privada» americana no se mueve de la misma forma que la pública en España. Me explico, mientras que conseguir un 5.0 en algunas asignaturas es un logro en España, aquí para el «buen» alumno el objetivo no debería ser aprobar sino conseguir una A, que es la mejor nota. Habrá alumnos que sin hacer un sólo homework estarán cerca de ello. Muy mal tienes que hacerlo para no aprobar.

Tengo la sensación de que lo importante para el IIT, o cualquier universidad privada que no es una «Top», es tener a los alumnos contentos y llenar las clases con gente pagando sus millonadas cada año. Así pues la otra cara de la moneda es aprobar a todo quisqui, pero tampoco estoy satisfecho cediendo puntos a quien no se lo merece, habiendo gente que sí trabaja. Mi intento es ser justo y corregir en medida al trabajo de cada uno, pero esto está produciendo que la media (6.7) no sea tan alta como el profesor espera (nada más ni nada menos que un 8 sobre 10), la solución será curvar las notas para que los que curran tengan su A, los que no lo hacen pasarán sin pena ni gloria con una C y para el resto estará la B. Nadie suspenso. Todos contentos.

A mí se me presentan muchas preguntas con respecto a todo esto, no sé si es bueno o malo, ¿tenéis alguna opinión?

Proyecto y proyectos

¡Por fín! Señoras y señores me presento como Don José, Ingeniero de Telecomunicación.

Hace apenas unas horas presenté mi proyecto a mi advisor,  el nombre del pequeño es: «Estudio y desarrollo de la electrónica en el experimento de antineutrinos Daya Bay». Ya sólo falta que la oficina internacional en Madrid lo reciba, y que no haya ningún problema con el papeleo entre Madrid y Chicago (que siempre es esperable lo peor).

Lo cierto es que cuando comencé esta aventura no me imaginaba en esta situación, ingeniero, ahora me vienen recuerdos de cuando era un yogurín recién entrado en Teleco, ignorante de lo que esas 3735 horas de clases y laboratorios me deparaban pero también de cursos athens, de verano, de ópera, de Satelec, de mentor y de convivencia diaria con gente estupenda. ¡No me arrepiento de haber elegido este camino ni mucho menos!

Me alegra mucho haber coincidido con personas de todos los colores, figurativa y literalmente, y desde luego del colofón final de venir a América; no lo cambio por nada en el mundo. Cualquier persona debería aprovechar la oportunidad de estudiar fuera, da igual el destino, es una de las mejores experiencias que la universidad te puede ofrecer.

¿Y ahora qué?

El siguiente paso no es fácil, la dicotomía de la carrera profesional o académica se presenta como un quebradero de cabeza. Como ya aveciné he elegido la acedémica, y estoy dentro del programa de doctorado del IIT, pero siempre te preguntas si estás haciendo bien o no. Lo cierto es que si dejo de estudiar será difícil volver a ello, con lo que una de mis principales razones es seguir el principio de inercia, si lo dice la física digo yo que será algo bueno.

Mi otra razón es que estoy en un proyecto que me motiva, desde luego, a mis ojos, tiene muy buena pinta. Cuando vine a cursar el Máster de Física quería seguir siendo ingeniero, quería combinar conocimientos, no desarrollar unos en vez de otros, y en el experimento de Daya bay tengo un marco ideal para hacerlo.

A algunos les sonará a chino el barroco título de mi proyecto, y lo cierto es que los títulos de los proyectos no suelen ser muy clarificadores. En palabras más mundanas mi proyecto consistió y consistirá (dentro de mi doctorado) en estudiar y desarrollar (hasta aquí todo entendible) la electrónica relacionada con un detector de antineutrinos. Y aquí es donde  probablemente tengo que pararme a explicar qué es un antineutrino.

Afortunadamente las noticias de estos días están dando mucho bombo a una noticia relacionada con mi campo, y es que parece ser que hay indicaciones de que los neutrinos pueden viajar más rápido que la luz, lo que me va a servir para explicar las dos cosas de un sólo tiro. El detector de neutrinos (primos hermanos de los antineutrinos) OPERA, situado en Italia, ha conseguido medir la velocidad de los neutrinos generados a 730 km en el CERN, Suiza, donde se asienta el Gran Colisionador de Hadrones (LHC). El principal motivo de este experimento no era medir su velocidad (ya que no había nada sospechoso en los neutrinos que indicara que podrían viajar más rápido que la luz) sino analizar un curioso mecanismo que estas partículas poseen, la oscilación de neutrinos. Mi experimento, por contrapartida, se encarga de estudiar la oscilación de antineutrinos, con lo que la temática no me es ajena.

¿Y qué son estas oscilaciones?

Hasta hace unos años se pensaba que los leptones, partículas indivisibles que forman la matería, estaban estructurados en tres familias con propiedades diferentes. El eléctron es el leptón más conocido, y tiene asociado un par de neutrino-antineutrino «electrónico». Más adelante se descubrió el muón, partícula generada en la colisión de rayos cósmicos con la atmósfera. Su relativa corta vida no permitiría a los muones ser detectados en la corteza terrestre (aunque así es) ya que se desintegrarían antes en otras partículas más estables, pero la aplicación de la teoría de la relatividad explicó por qué los muones viven más tiempo de lo esperable en nuestro sistema de referencia. El muón tiene asociado otro par neutrino-antineutrino «muónico». Finalmente se teorizó la existencia de una tercera familia, los tauones, leptones excesivamente másicos para ser detectados en condiciones naturales, pero todavía en los límites de la generación en un acelerador de partículas, cómo no, tiene asociado otro par neutrino-antineutrino «tauónico».

Así pues los físicos tenemos un modelo estándar donde quarks, leptones y hadrones conviven más o menos en armonía (siempre hay parámetros que  discrepan con el modelo). Pero bueno, yo conozco lo que es un electrón, un protón y un neutrón, si nos salimos de ahí ya hay que mirar más lejos de la tierra, o a energías muy altas, para ver otras partículas, y lo cierto es que los neutrinos/antineutrinos son generados en gran número en las reacciones nucleares. El sol es una fuente importante de ellos, produce millones y millones de antineutrinos que atraviesan la tierra cada segundo sin que tan siquiera los notemos. Se encontró que al analizar los neutrinos que llegaban del sol se recibía un tercio de lo esperado. En otras palabras, de cada 3 neutrinos electrónicos (son los generados por el sol) sólo veíamos uno, ¿dónde estaban los otros dos? ¿estaba todo el modelo estándar equivocado?

La respuesta vino con el fenómeno de la oscilación, explicado por  Bruno Pontecorvo. Resulta que los neutrinos son partículas capaces de cambiar sus propiedades, y sus «sabores» (nombre que reciben las familias) pueden cambiar de electrónico a muónico y a taúonico, de muónico a electrónico y taúonico etc etc todas las permutaciones son posibles.  La proporción de partículas de un tipo o del otro depende de la distancia, así pues si el sol genera un 100% de neutrinos electrónicos, en la tierra, a una unidad astronómica, recibimos aproximadamente un 33% de este tipo, pero un 66% de los otros. Habrá ciertas distancias donde volvamos a encontrarnos con un 100% de neutrinos electrónicos, o incluso valores cercanos a un 0%, ya que prácticamente todos los neutrinos habrán cambiado de identidad. De esta forma vemos un efecto sinusoidal u oscilatorio donde los neutrinos tienen más «problemas de identidad» que un adolescente. Os muestro un ejemplo gráfico:

Oscilación de un neutrino electrónico

Precisamente mi proyecto se basa en medir el último de los ángulos de mezcla de esta oscilación entre los sabores electrónicos y tauónicos. Esto será de ayuda para comprender mejor el fenómeno de oscilación y más importante, para explicar por qué hay más materia que antimateria, ya que los neutrinos no conservan la simetría de paricidad y carga, un tema algo más complejo del que no entraré en detalle en este artículo, pero del que hay cantidad de información en internet si tenéis curiosidad.

Resumiendo, en Italia estaban intentando analizar este proceso cuando se han detenido a medir también la velocidad de los neutrinos encontrando que se mueven a velocidad superlumínica. Lo cierto es que tal afirmación requiere de mucho estudio antes de que podamos considerarla verdadera, pero toda la comunidad científica ha puesto sus ojos en este hecho. Aquí en Chicago está situado el FermiLab, donde el experimento MINOS se centra en los mismos fundamentos que el OPERA, se generan neutrinos en Chicago y se miden en Minessota, a 724 km de distancia. Por desgracia el FermiLab está pasando por momentos de remodelación y no se podrá volver a utilizar MINOS hasta 2013, pero mientras tanto se intentará analizar los datos obtenidos para buscar congruencias que puedan ratificar que los neutrinos viajan más rápido que la luz. Lo radical de este hecho es que rompe con una de las bases de la teoría de la relatividad de Einstein, e irónicamente la que fue ratificada con el análisis de los muones puede ser eliminada por sus familiares más cercanos.

Feliz aniversario (Con sorpresa)

Hace exactamente un año y un día aterricé en un nuevo continente y empecé a escribir en este blog. Desde entonces he tomado 6 vuelos transatlánticos, otros 14 continentales, he visitado parte de Canadá (las cataratas del Niágara y Toronto), Buffalo, Nueva York, Seattle, Nueva Orleans, Memphis y Saint Louis. Y para no dejarme nada en el tintero debo confesar que también disfruté de una pequeña escapada a Turín.

El año que viene no tiene pinta de que vaya a ser menos movido, y casi se pueden intuir nuevas aventuras acercándose en el horizonte. Desde climas nordicos como el de Luleå al calorcito de México, Chile, Miami o San Francisco…(desde donde os estoy escribiendo), ¡también espero que haya muchas visitas inesperadas!

Y en parte la culpa de que vuelva a escribiros la tiene el aeropuerto de San Francisco, que me encanta. Hoy me he despertado en LAX, el de Los Ángeles, donde no hay conexión a Internet gratis, los asientos son incómodos (al menos para pasar la noche), hay obras a cada dos pasos que das, las colas son largas… un aeropuerto de hercúleas dimensiones pero lejos de uno moderno donde te encuentres no sólo en un lugar donde coger tu vuelo, sino también actividades o facilidades para que te puedas entretener mientras esperas.

San Francisco

En cambio en San Francisco, al bajar del avión, me encontré con WiFi libre y un puesto de Google con portátiles accesibles, con lo que decidí acercarme a pasar el tiempo hasta mi siguiente vuelo hacia Chicago. En el camino había varios sillones dignos del malo del Inspector Gadget, y lo cierto es que tuve que pararme en este punto y dejar de visitar el aeropuerto ya que me ofertaron algo difícil de rechazar. Un «Chromebook«, WiFi en vuelo y a devolver en mi destino, y lo mejor de todo, ¡GRATIS! Perfecto para ver el Madrid-Barcelona que me iba a pillar en medio del viaje.

También ha habido problemas con mi ticket: tenía el vuelo previsto a las 7.50 de la mañana, pero al estar a eso de las 5 en el mostrador, me daba tiempo a coger uno a las 6:45. La chica que me atendió fue muy amable, pero al cambiar el vuelo la base de datos tuvo problemas con lo que al embarcar en los aviones los billetes no funcionaban correctamente. Por las molestias en Virgin America me han promocionado a un asiento con más espacio y comida y bebidas ilimitadas, no es primera, pero casi, y se agradece. ¡Parece que el viaje no puede salir mejor!

Con todo esto ya me encuentro en el aire, navegando en internet a más de 10668 metros de altura, a 983 kilómetros por hora, sobrevolando Nevada , y como llevaba demasiado tiempo con el blog abandonado me he animado a escribir unas líneas, y de paso introduciros una serie de post que intentaré ir haciendo según vaya encontrando tiempo y fotos.

Y es que el 1 de agosto comencé un viaje por carretera desde Chicago hasta Los Ángeles. Almu, César, Diego, Javi y yo nos embarcamos en una aventura que espero poder relataros. Un total de  6035 kilómetros, 18 días, 9 estados (Illinois, Missouri, Kansas, Colorado, Utah, Nuevo Mexico, Arizona, Nevada y California), 5 amigos y un coche. ¡Y un montón de anécdotas!

Así pues espero veros por aquí, que dejéis vuestros comentarios, y seguir teniendo contacto con vosotros. Viene un año donde muchos vamos a pasar página a una etapa importante de nuestra vida, dejaremos la universidad por un puesto de trabajo, algunos como yo continuaremos erre que erre entre libros, pero todos comenzando nuevas aventuras y desde luego no me gustaría perderme ninguna de las vuestras.

¿Vivir o no vivir en campus? Esa es la cuestión

Estos días hay bastante bullicio por las listas de correo para gente interesada en irse al IIT. Uno de los temas más candentes es una discusión sobre si vivir o no vivir en campus. Además, hoy he recibido un mensaje en el blog con respecto a esto y me alegra mucho poder responder, ya que ese era uno de los propósitos de este blog, servir de referencia a los que vienen detrás. Voy a extenderme ya que creo que es un tema crucial.

Primero de todo, quiero dejar claro que mi respuesta es única y personal, se da acorde a mis circunstancias, a mis gustos y a mis experiencias, y esta es, sin duda, vivir en campus.

Cada opción tiene sus pros y sus contras, y no considero que ninguna sea incorrecta, todo depende de qué busques vivir.

Voy a intentar exponer cosas buenas y malas de vivir en campus, que es mi elección y de lo que puedo hablar. También intentaré contraponer estos puntos a lo que creo que es vivir fuera de campus.

El principal argumento para elegir vivir en campus es la internacionalización de este. A poco que participes en las actividades y que te muevas, conoceras cientos de personas en pocos días (en mi caso en menos de una semana) y luego podrás ir formando un buen grupo de amigos (más reducido) con los que divertirte, y lo mejor de todo, que no hablen español. Para mí, llegaron a ser casi una segunda familia, casi 24 horas juntos al vivir todos en campus. Gente americana, francesa, belga, italiana, china, india, mejicana, sueca, noruega, griega, lituana, turca y española junta. Seguro que me olvido alguna nacionalidad, pero os podéis hacer una idea de la diversidad que hay en campus. La gente que vive fuera pierde esa gran oportunidad, aunque luego en fiestas vas conociendo a gente y también puedes unirte a grupos internacionales.

He oído criticar que los chinos se juntan con chinos, y que indios se juntan con indios y que es difícil entrar en sus grupos, pero debo decir que españoles tienden a juntarse con españoles, franceses con franceses etc… En mi caso tuve muy presente que no quería que mi grupo de amigos fuese español, para forzarme a mejorar mi inglés, y encontré este grupo internacional donde pude desarrollarlo mejor que en cualquier otra circunstancia.

El lugar más idóneo para esto es el MSV, donde hay grandes salones en los que convivir. Las habitaciones son pequeñas si las compartes, siendo graduate tienes acceso a cocina y el baño es compartido, lo que a mí no me gustaba, pero cuando piensas que no tienes que limpiarlo es un punto a favor, además son las más baratas. También hay suites para vivir solo con cocina incluida.

Aunque yo vivía en Gunsaulus, pasé la mayor parte de mi tiempo en campus en el MSV, con gente muy agradable, estudiando, hablando, jugando… socializando. Estaba siempre en el pasillo del segundo piso del Graduate Hall. En Gunsaulus sólo iba a ducharme y a dormir.

Gunsaulus tiene habitaciones más grandes que el MSV, es algo más caro, pero en calidad precio (para lo que ofrecen en campus) es lo más coherente. Todas las habitaciones tienen baño y cocina. Puedes tener dormitorio privado pagando un poco más, ya sea en estudio o en apartamentos para 3 personas. Por supuesto fuera de campus encuentras cosas mucho mejores por el precio que pagas en campus, aunque tienes que buscar también gente con la que compartir el piso.

Lo que sí nunca cogería es el SSV, caro, frío, raro, y no ofrece más de lo que te ofrece Gunsaulus.

También hay residencias en campus que no están amuebladas pero salen más baratas y tienes la localización del campus. Son del estilo de Gunsaulus y reciben el nombre de Carman Hall.

Como última opción puedes irte a vivir a una fraternidad, que están dentro del campus. Disfrutan de multitud de actividades, barbacoas, las hay con jacuzzis… pero tengo entendido que son caras.

En resumen, viviendo en campus pagas más, pero a cambio tienes a tu disposición todos los servicios a un minuto desde tu casa. Hay pistas de volleyball, gimnasio, piscina, campos de fútbol, baloncesto, football americano, baseball, badminton, tennis, paddle… (todo ello gratuito, o mejor dicho incluído en la matrícula). Todas las clases están a una manzana de distancia, y aunque en algunos masters no tienes por qué ir a clase ya que las graban, en mi caso, por ejemplo, no era así. Tener que salir de casa a las 7 de la mañana con un frío de -20ºC para coger 40-50 minutos de metro y asistir a clase no es mi plan de ensueño.

En el precio están incluidas bastantes actividades de las que puedes sacar provecho. Clases de cocina, concursos, actividades para conocer gente, barbacoas… el primer mes de mi estancia fue el más divertido sin lugar a dudas. Estoy a la espera de este verano para pasármelo igual de bien.

Otra opción que contemplaría es vivir cerca del campus y luego intentar hacer vida en él. Los pisos son más baratos, y puedes contar con las cosas buenas de estar cerca del campus. En este caso para entrar en los edificios del campus necesitarás gente que te haga un «sign in». Esto se debe a que si no vives en el campus no tienes acceso a todos los edificios, y necesitas a alguien que te meta en ellos, pero no es mayor problema. De hecho en mi segundo año yo voy a hacer esto, la razón es que yo ya he disfrutado de todas las cosas buenas del campus, y las amistades ya las tengo hechas, pero para alguien que viene de nuevas seguiría aconsejando vivir in campus.

En el campus tienes todas las oficinas, la student life association, donde algunos días te interesará llegar el primero a eso de las 9 de la mañana para coger tickets a $5 de actividades que cuestan 10 veces más, tienes un 7/11 abierto 24/7 y varios sitios para comer…

El meal plan NO es obligatorio si tienes cocina, en mi caso yo no lo cogería, al ser graduate tienes siempre acceso a ella. Así pues, sólo enviando un email a housing diciendo que no quieres meal plan porque tienes donde cocinar, no tienes que pagarlo (que no es barato). Además venden comidas a $7.5 dolares en la misma oficiona en la que recoges el Upass (una especie de bono transportes), cuando el precio por meal plan son $10 dolares.

Por último me gustaría hablar sobre seguridad. Dicen que la zona del campus no es segura, y habría que matizarlo. Es cierto que en Chicago cuanto más al sur más peligroso, pero el campus, en sí, es seguro. Recuerdo haber leído que era de los más seguros en EEUU, ya que tienes patrullas «public safety», guardias de seguridad 24 horas recorriendo el campus. Lo que no quita es que cuando sales del campus la cosa puede ser peor. Este año hubo un atraco en la estación de metro, pero no tengo noción de ningún altercado más. A su vez, hay mucha gente que vive en el Norte, que se presupone más seguro, y también conozco de varios casos de atracos en esa zona (Fullerton es la zona de fiesta y donde la gente suele irse a vivir). Con lo que en base a mi experiencia, mientras no te vayas más al sur del campus no corres más peligro que en cualquier otra zona de Chicago. Yo NUNCA he tenido ningún problema, y por supuesto debes tomar tus precauciones, mejor ir en grupos si vuelves de noche, y no te metas en sitios que no te den buen feeling.

El campus es limpio, y tu habitación lo será si te encargas de ello :). Como curiosidad mencionar que el metro pasa por dentro del campus. Esa línea se corta por las noches para evitar el ruido, y los edificios están bastante bien insonorizados, yo no he tenido ningún problema de sueño con ello.

Espero haber resuelto la mayor parte de dudas, seguro que me dejo cosas en el tintero, pero en resumen me gustaría transmitiros que mi experiencia ha sido plena y no podría haber sido así si no hubiera vivido en campus. El IIT no me paga por hacer publicidad, y por poner algo malo a vivir en campus, diría que te acomodas y es más difícil irse a ver la ciudad, aunque los fines de semana son propicios para ello, pero para aprovecharlos hay que currar y quitarse los homeworks de en medio durante la semana.

Seattle, the Emerald City!

Escribo desde más al norte aún que Chicago, ¡Seattle! Viendo la puesta del sol hundiéndose entre las montañas de la península olímpica.

¿Cómo he llegado aquí? Un compañero de teleco Madrid ha venido a Chicago a visitarme, o quizás a visitar a la ciudad y de paso a verme a mí 🙂 Sea como fuere me comentó que tenía unos amigos viviendo en Seattle y como a la ocasión la pintan calva, nos hemos presentado aquí maleta en mano.

El viaje comenzó un poco acelerado, el vuelo salía a las 7 de la mañana y nos queríamos despertar a eso de las 3 y media para ir con tiempo, lo dicho, queríamos. La realidad es que nos despertamos a eso de las 4 y media, y aunque podíamos haber arriesgado, decidimos coger un taxi. Cuando nos quisimos dar cuenta no teníamos ni idea de la terminal a la que ir y con el móvil en mano me puse a hablar por gmail con cualquier persona conectada. Sergio desde España nos dijo a qué terminal ir, el taxista condujo rápido y al final pudimos coger el vuelo con tiempo de sobra.

A partir de ahí todo ha sido disfrutar de una ciudad única: al llegar te maravillas con la panorámica que ofrecen las montañas, nevadas, los árboles, abundantes, y el océano pacífico, pristino, lamiendo la costa de la ciudad con un oleaje calmado por la bahía que refugia la ciudad.

Como buena ciudad americana que se precie, de las que ya voy conociendo unas cuantas (prometo escribir sobre ellas en cuanto tenga algo de tiempo), cuenta con un downtown poblado con rascacielos y una extensa área donde la altura máxima de los edificios no supera el segundo piso. Lo que hace especial a Seattle es esa naturaleza que te deja sin palabras, ¡y por supuesto que el transporte público es gratuito en downtown! Que aunque no sea catalán, la pela es la pela.

Seattle fue la sede de la exposición mundial hace 50 añitos, y como herencia el evento dejó el Space Needle, o la aguja espacial, que estos americanos siempre te saben vender las cosas con un nombre resultón. El primer día fue dominado por las nubes, que tienen fama de ser las principales inquilinas de Seattle, pero la suerte se puso de nuestra cara y hoy ha hecho un día espléndido. Mañana se espera un tiempo aún mejor, con lo que aprovecharémos para subir y ver los alrededores desde su cima.

Entre las muchas cosas que se pueden hacer en la ciudad has de ver el Pike Place Market, subir al Seattle Needle y/o ir al Sturbucks de la torre Colombus si no quieres pagar los 18 dollares que te sajan, visitar el primer Starbucks que también sede en la ciudad esmeralda (en esta zona tienen sede importantes emporios como Microsoft, RealNetworks, Amazon o Expedia), ver la casa de Kurt Cobain, y si tienes tiempo hacer uso de las visitas guiadas por la ciudad, entre ellas hay una interesante que recorre el Underground del que os hablaré en un momento.

El Pike Place Market cuenta con varios niveles que se adentran en las profundidades de la ciudad, está repleto de tiendas variopintas y te sugiere que Seattle esconde más de lo que parece, ¡y es que hay toda una ciudad por debajo de ella!

Si quieres saber más sobre ello lo mejor es realizar un tour por Seattle Underground. Resulta que después del gran incendio de 1889 (toda ciudad americana que se precie tiene un gran incendio) los habitantes de Seattle decidieron arreglar lo que hasta entonces era un estropicio de ciudad. Debido a su peculiar hidrografía el alcantarillado funcionaba de forma caprichosa, según las mareas la presión cambiaba y podías encontrarte con la gran sorpresa de que tu baño en vez de tragar agua la expulsaba. Hartos de mancharse el culo, vieron el incendio como una oportunidad, y en un gran proyecto de ingeniería levantaron la ciudad un piso de altura, en algunas zonas dos, con lo que los edificios que sobrevivieron fueron adaptados para que su segundo piso resultase el primero. Mientras las calles se elevaban poco a poco se llegó a una situación temporal curiosa donde para acceder a los locales elevados desde el nivel inferior se requería del uso de escaleras verticales. Por supuesto la ciudad tornó en un peligro para borrachos, que ya no podían abandonar los bares sin darse un piñazo y para las damiselas ataviadas con corpiños ajustados (con los que respirar no era fácil). Hay que decir que las faldas de varios metros de diametro de la época tampoco ayudaban a moverse.

El resultado ha sido una ciudad con cuestas de aupa, y más hueca que un queso gruyère, pero única en su constitución.

Mañana completaremos nuestra visita y el domingo volvemos a Chicago para seguir con la visita de la ciudad de Al Capone. Mientras os dejo con unas cuantas fotos para abrir boca.

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